domingo, 15 de marzo de 2015

Ciudadanos y Podemos ¿dos almas del PSOE?

Se habla mucho últimamente de Podemos como contraposición al PSOE y Ciudadanos como contraposición al PP.
A mi, sin saber qué dicen realmente las encuestas de intención de voto, me cuesta aceptar del todo esta contraposición.
Yo diría que Podemos y Ciudadanos (o UPyD) son en realidad las dos almas de lo que podría ser el PSOE, de la SocialDemocracia.


Podemos es la radicalización ideológica de la parte Social. La propaganda se vuelve extrema y quien opina distinto o pertenece al grupo social rechazado se convierte casi en enemigo. Las soluciones deben ser revolucionarias, rupturistas. A lo que hay casi no se le ve valor, se vive en el rechazo a la realidad que se vive y la fantasía de la utopía. 

 

Ciudadanos, o UPyD, serían por contra la afirmación de los valores de la Democracia. Reformistas, optimistas como corresponde a quienes creen que se puede intentar un mundo mejor, más social y amigable. Pero conscientes del enorme terreno avanzado en la historia, del enorme valor de lo actual. Así no dudan en defender España o Europa frente a los nacionalismos. O en defender el liberalismo frente a las tentaciones totalitarias, bolivarianas o de donde vengan. Pero no, no se vuelven de derechas por esta defensa del valor de lo actual.

Un buen argumento lo da por ejemplo el artículo de Antonio Roldán Monés en El País: ¿Es Ciudadanos de derechas?
. En el que analiza el programa económico y concluye que persigue un mercado eficiente que busca facilitar la igualdad social.
 

Otro ejemplo podría ser lo poco que le gusta mucha gente de derechas un político que hizo campaña saliendo desnudo y maneja con soltura y desparpajo los valores esenciales de la democracia. Nada más alejado del tradicionalismo y conservadurismo de la derecha, básicamente opuesta al cambio.

Es decir, no casan ni en el fondo ni en la imagen.

 

¿Qué pueden Cs y UPyD entonces tener que ver con el PP?

De cara al voto podría ser que parte de los votantes que dieron mayoría absoluta al PP se vean atraídos por ideas socialdemócratas pero no vieron en el PSOE una defensa clara de los valores esenciales de la democracia (frente al nacionalismo, división de poderes...) o una mínima fiabilidad práctica (es la segunda vez que el PSOE deja España como una máquina de hacer parados).
También habrá votantes naturalmente de derechas que agradecen en el discurso de Cs/UPyD una rotundidad que echan en falta en el PP de Rajoy.

De cara a la formación de gobiernos, a diferencia de los partidos de izquierda, Cs podría apoyar sin problemas un gobierno del PP. O uno del PSOE, como UPyD en Asturias. Andan naturalmente en medio. Sin complejos ni miedo al rechazo característico de la izquierda.

viernes, 6 de marzo de 2015

La fantasía de la izquierda. Un cuento de buenos y malos



Ayer, en los comentarios de una noticia sobre las elecciones andaluzas, recibí esta contestación:
"Zp fue un inutil, pero el mal viene desde Felipe Gonzalez con la desindustrializacion a cambio de subvenciones y Aznar puso los cimientos para la catástrofe. Al menos Zp fue una buena persona y bastante honrado en su ejecutoria para ser político, cosa que no puede decirse de todos."

Y pensé que sí. Que por eso la gente puede insistir en un gobierno a pesar de ver como obtiene malos resultados durante décadas. Andalucía puede tener el mayor paro de España y llevar treinta años gobernados por los mismos. ¿Y? Al menos nos gobiernan los buenos. Los de buen corazón.

¡Qué absurdo! ¡Y que real!
 El mundo de la política como un cuento de buenos y malos. Lo que Santiago González llama lágrimas socialdemócratas, que parezca que tienes buenos sentimientos y tendrás el voto.
Como si no se tratase de ver quien propone soluciones más eficaces y contrastadas contra el paro sino quien se muestra más sensible a los padecimientos que implica.



Por dejar claro mi punto de vista:
En democracia, puesto que el respeto a todas las personas y a todas las ideas [respetuosas] se exige por ley, tratar las cuestiones como enfrentamiento de buenos y malos, ricos y pobres, vascos, catalanes y castellanos, religiosos y ateos o cualquier cosa del estilo, no tiene sentido.
Eso son cosas de las autocracias o de las colonias donde unos tienen voz y otros no.

En democracia lo que importa es el buen o mal hacer del gobernante concreto. Hacia qué fin dirige a la gente, de qué manera y con qué resultados.
Y un gobernante puede ser buenísimo para la gente y ser de derechas, izquierdas o nacionalista. Y traer prosperidad, colaboración y buen rollo. O ser muy malo y traer lo contrario. Sea del partido que sea, sí.

/***/

P.S.: Algo que he leído que creo que viene muy a cuento, lo que decía Cantinflas: "No hay que acabar con los ricos, lo que hay que hacer es acabar con los pobres...".
Creo que esa es la diferencia entre la realidad y la fantasía. En la fantasía la sociedad ideal se obtiene por la lucha y el enfrentamiento a un supuesto malvado. En la vida real la prosperidad se consigue trabajando y colaborando en vez de destruyendo y buscando el enfrentamiento.

P.S.2: (25 Dic 2015) (@BrainstormCarlo) Antes franquista equivalía a antidemocrático e intolerante. Ahora es cosa de llevar chaqueta o no, nombres de las calles...