miércoles, 11 de mayo de 2016

La perversión del veto ad hominem


Un punto de partida:
La democracia moderna es en realidad una partitocracia competitiva (el principal elemento de división del poder), reglada (ley) y regulada por la opinión pública (voto). Por ello, desestabilizar a los partidos es desestabilizar el sistema a través de sus principales actores.


Ciudadanos, un partido que nació apelando a la regeneración de la democracia, está protagonizado en estas elecciones una jugada de signo contrario: el ataque a Rajoy no como personificación del partido, sino para impugnar su condición de líder del partido y, por tanto, la propia estructura interna de un partido contrincante. Un veto ad hominem que desestabiliza al partido, al minar los equilibrios de poder internos, y con ello el juego democrático.
(Vozpópuli: Rivera da pistas: señala a Casado como "válido" para liderar la nueva etapa en el PP)


Tomemos un ejemplo exagerado, para que se vea el componente perverso: imaginemos que durante unas primarias, el resto de los partidos hiciesen campaña abierta en favor del líder que más que les conviniese. 
  Todos querrían el peor líder para los partidos contrincantes, claro. 
  Los propios líderes estarían tentados de buscar apoyos fuera, aunque fuese en contra del partido. 
Es decir, los partidos, los principales agentes de la democracia, quedarían enredados en una guerra de intrigas aun mayor y más destructiva que la habitual.

De hecho, si miramos a nuestra vida política, el único partido que ha jugado abiertamente esta baza, aparte de Cs, es la CUP, un partido antisistema. Y si pensamos por qué a día de hoy no se ha podido formar gobierno, encontramos que una causa está en los difíciles equilibrios de poder dentro de los partidos. El PSOE tiene un líder con pocos apoyos internos, Sánchez, que querría compensarlos apoyándose en otro partido (Podemos). Y un candidato a liderarlo, Susana Díaz, con muchos apoyos internos, bloquea esa deriva autodestructiva
Blog Pajas y obviedades - "Sánchez ¿Bailando un Artur Mas?"
Tras el 20-D, Cs sostuvo al débil Sánchez, dificultando el desenlace de la cuestión de liderazgo en el PSOE. ¿Pretende ahora que también se desestabilice el PP?


No creo que sea una exageración o un esencialismo por mi parte. 
Que el PP llame naranjito a Rivera o que Cs llame a su rival MarianoRajao puede ser de mal gusto y escaso valor, pero poco más. 
Que Cs diga que Rajoy es un mal gobernante como demuestra la situación de España y los casos de corrupción y que el PP diga que Rivera es un político sin experiencia y poco fiable tras su pacto con Sánchez es parte de la competición entre partidos. 
El rechazo preventivo a un político imputado puede resultar a la postre injusto en ocasiones, pero entra dentro de las reglas de juego, no es algo personal. 
Un veto a la persona es otra cosa, es democráticamente destructivo.


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nota 1: (10 Junio 2016) La "C" de Cs ¿vendrá de Cizaña?
Es posible que la decisión de Puigdemont de someterse a una cuestión de confianza responda a un intento de defensa frente a Mas y Homs EDC: La cuestión de confianza de Puigdemont esconde una guerra abierta en Convergència
Tendríamos entonces tras la sucesión de Pujol:
 - CiU se ha roto
 - CDC se encuentra en caída libre en voto
 - Y a pesar de todo los líderes de CDC parecen concentrados en una guerra interna de liderazgo.

Eso me hace pensar ¿por qué el empeño de Rivera en descabalgar a Rajoy del liderazgo del PP? ¿Para que el PP entre en una fase de guerra de liderazgo?

¿Por eso mismo habrá apoyado Rivera a Sánchez? ¿Para evitar que el PSOE se estabilice con un liderazgo sólido como el que parece podría conseguir Susana Díaz?

Nada es casual en política. Y pocas cosas tan beneficiosas como que tus contrincantes se desangren en guerras de poder internas.

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