martes, 24 de abril de 2018

Las leyes de las emociologías

Resumen
Leyes de las emociologías:
 1ª - Ley del choque
 2ª - Ley de la reacción
3ª - Ley de la corrección
Ejemplo a partir del nacionalismo 
 Corolario (multiculturalismo, lenguas locales...) 


1ª Ley de las emociologías o ley del choque

Toda sociedad en la que se fomenta la diferenciación de la gente mediante alguna faceta (raza, lengua, religión, clase social...), acaba sufriendo la aparición una emociología, una colección de prejuicios que enfrenta a los distintos grupos y permite la promoción de líderes políticos manipuladores.




2ª Ley de las emociologías o ley de la reacción

Una vez establecida una emociología base, se desarrollan a su alrededor todas las variedades de emociologías de respuesta. Al igual que la emociología de base, consisten en colecciones de prejuicios manipuladores.

Tipos de respuesta:
 - agresiva a favor
 - agresiva opuesta
 - pasiva
 - escapista


3ª Ley de las emociologías o ley de la corrección

Una vez los prejuicios asociados a una emociología van siendo superados, es habitual que queden unos restos de la emociología de respuesta agresiva opuesta que impiden tratar abiertamente el tema.

Así, por ejemplo, tras el machismo puede quedar un residuo de presiones que impidan hablar de las diferencias entre hombres y mujeres...





Ejemplo a partir de la emociología nacionalista

Emociología base: nacionalismo (emo de choque)


- Secesionismo (emo de reacción agresiva a favor)



- Antinacionalismo (emo de reacción agresiva en contra)


 - Filonacionalismo (emo de reacción pasiva)



- Voluntarismo (emo de reacción escapista)





 Corolario

Aquellas estrategias (por ejemplo desde los poderes públicos) que promocionan la diferenciación de la sociedad en grupos, generan con el tiempo un problema al menos tan desagradable como el que se quería evitar.

Algunos ejemplos:

Así ocurre con la protección multiculturalista frente a la saludable promoción del interculturalismo (mestizaje con hincapié en los derechos individuales)



O la "normalización lingüística" que evoluciona desde evitar el desprecio a lo tradicional hacia la promoción del uso de las lenguas locales frente a la común, ensalzando las diferencias.


  

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P.S.: Cuando tenga tiempo (o un colaborador que me ayude...) sacaré una segunda edición de Emociologías que incluya estas leyes y alguna cosilla más ;-)

P.S.2: (8 mayo 2018) Un cartelito resumen para pegar en las redes.

  

lunes, 16 de abril de 2018

El botín del Procés

En construcción, bienvenidos comentarios

El Procés fue una locura de conductor al abismo de Artur Mas, que intentó afianzarse en el liderazgo aprovechando los años de excesos de propaganda de CiU.




ERC se apuntó con gusto, dispuesto a llevarse el electorado de CiU que Mas le ofrecía en bandeja a cambio de apoyo.




Pero eso es ya pasado, ¿en qué estamos ahora, tras las elecciones del 20-D?

Una vez que el Procés no da más de si (ni se amplía base social ni resulta viable continuar con las ilegalidades), ya nada une a sus integrantes. Sólo queda por ver quién se lleva el botín.

Un botín en términos de presidencia de la Generalidad y en general de primacía dentro del nacionalismo. Qué pasa con ese electorado tradicional de CiU que Mas dejó sin dueño tras su suicidio.


En eso están.
Puigdemont defendiéndose como gato panza arriba, con la repetición de elecciones como última baza en su poder. PDECAT sorprendentemente desmovilizada para ser la antigua CiU, el dueño natural. Y ERC haciendo acopio de fuerzas a la izquierdas (ahí están sindicatos y Podemos moviendo ficha, ofreciéndose). 


Sólo recordaré un pequeño detalle: la colaboración de izquierda y nacionalismo está en el origen del agravamiento del problema en la Transición y de su actual enardecimiento tras los juegos de Zapatero. Como para que sea razonable repetir.










martes, 10 de abril de 2018

Emociologías, modas y campañas


Dado que la manipulación emocional es una constante en política, me parece interesante intentar clasificarla según el tipo de distorsión que utilizan.




Nacionalistas y populistas no utilizan lo mismo que los adalides de la corrección política. Ni estos suelen lanzar campañas enfocadas en la destrucción de la imagen de alguien concreto como sí acostumbran muchos medios de comunicación en sus campañas.

En todos estos casos se despliegan distorsiones con clara vocación de manipular emocionalmente a la sociedad, de generar sentimientos, pero ¿qué las diferencia?

Intentaré a proponer una clasificación:

En primer lugar, como las más dañinas, estarían lo que propiamente llamo 'emociologías'. Consisten en distorsiones que tienen como objetivo separar a la sociedad en grupos para luego enfrentarlos.





En segundo lugar estarían lo que podríamos llamar emo-modas, como las actuales asociadas a lo políticamente correcto: no poder hablar mal de las mujeres como colectivo pero sí de los hombres... 
Este tipo de prejuicios buenistas aprovechan un movimiento saludable ya bastante consolidado: antiracista, antimachista... Potenciándolo con idealismo pero a la vez transformándolo un dogma incuestionable, maniatando así a la sociedad y acostumbrándola a la manipulación.





Por último estarían las campañas focalizadas en una víctima concreta, las emo-campañas. Estas no buscan dividir la sociedad en bloques ni pretenden manipular por un bien superior. Sencillamente son las campañas de desprestigio contra una persona, un partido... Son las preferidas de los medios de comunicación ya que, como las series de televisión, se hacen con un público al que enganchan emocionalmente aumentando las ventas con cada nuevo episodio.

Pueden realizarse contra partidos, como la ristra de campañas que desplegaron algunos medios de la derecha contra Aznar durante su segunda legislatura y que desembocaron en la presidencia de Zapatero (Decretazo, Prestige, Guerra de Iraq...). Su reanudación actual contra la presidencia de Rajoy. O las campañas que se despliegan desde ambos bandos (nacionalista y no nacionalista) asociadas el Procés.

También entrarían en este grupo, como emo-campañas, las que se realiza tras algunos sucesos especialmente dramáticos (asesinatos, violaciones...)



Como ocurre con la violencia física, todos estos tipos de manipulación emocional pueden tener un componente práctico: defender a un colectivo, promocionar una conducta beneficiosa o afear una mala acción. Pero su exceso y descontrol resulta agresivo para los individuos y destructivo para la sociedad.



Por ello espero que con el tiempo se vaya conteniendo como se ha hecho con la coacción física. Resaltando y afeando la conducta de quienes lo practican por mero interés para así ir limitando su uso.


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Nota 1: (11 sept 2018) Se habla mucho del riesgo asociado al crecimiento de la ultraderecha y es habitual que le asocien imágenes de Hitler...
Pero me da que no. Que esas son imágenes engañosas. Que una cosa es el discurso y otra la estrategia.

No es lo mismo un partido con un discurso frentista que un partido que, además de discurso frentista, busca controlar los medios de comunicación, la educación, la policía... Que un partido que busca el dominio total de la sociedad.


Creo que a la clasificación en emos, modas y campañas le falta algo. Algo así como la emo de apoyo al control de la sociedad. Porque Hitler podía ser racista, que es malo, pero lo realmente terrible vino porque además se hizo con el control de todos los resortes que mueven una sociedad.

El discurso en ese caso es un medio más para alcanzar y afianzar el poder total. Por eso Hitler es mucho peor que el peor ultraderechista europeo actual. Por eso el Chavismo, el Castrismo... son mucho peores que una simple emociología.
 

domingo, 1 de abril de 2018

Emociologías, las ideologías de los sentimientos


No tiene mucho mérito descubrir que en política la propaganda es muchas veces manipulación emocional. Pero creo que sí tiene una aplicación práctica enfocar en que, a veces, algunos movimientos son sólo manipulación. Sin verdaderas ideas racionales o hechos que los sostengan. Sólo sentimientos.



Un planteamiento que anima a realizar un análisis de forma distinta a la habitual. Evitando perdernos en causas económicas, motivaciones históricas... para centrarnos en la pura faceta psicológica.

Esto es lo que he intentado desarrollar en el libro: Emociologías, un enfoque cognitivo de la vida política en democracia.

La psicología cognitiva nos explica que las emociones surgen a partir de ideas. Que una idea puede ser racional y buscar describir o explicar un fenómeno, pero también puede ser emocional y buscar producir una emoción. Cuando el efecto es negativo, a estas ideas se las denomina distorsiones cognitivas. Esto es así hasta el punto de que las distorsiones son responsables de la mayor parte de los estados emocionales.
Una persona puede estar deprimida a pesar de encontrarse en una situación de bienestar material y otra, en cambio, estar alegre mientras padece una mala situación o incluso tras un hecho dramático. ¿Qué diferencia hay entre ambas?: lo que se dicen a sí mismas. Las distorsiones cognitivas.
Con las sociedades ocurre algo similar. Su estado emocional no es consecuencia tanto de los hechos concretos como de las ideas que circulan. Una sociedad puede ser próspera y padecer el sentimiento de ser víctima, como también, a la inversa, puede hacer frente a situaciones muy duras sin que su vida social se vea orientada al padecimiento o el agravio. Todo dependerá de las ideas que circulen.

Pese a su enorme influencia social, no hay una clasificación de las principales manipulaciones desplegadas que haga visible el tablero de juego emocional, un mapa de las distorsiones cognitivas que facilite su análisis y prevención. Tanto es así que he necesitado acuñar un nuevo término paralelo al de las ideologías, las “emociologías”, para caracterizar a las construcciones políticas basadas en la manipulación emocional mediante distorsiones cognitivas.


Un enfoque que me ha llevado a proponer una forma de análisis tanto de estas 'ideologías'



como de los posibles modos de respuesta: agresivo, sumiso, voluntarista...
Con una única respuesta emocionalmente higiénica y socialmente saludable: la respuesta asertiva con reestructuración cognitiva.

Firmeza con buenas maneras. Manteniendo el espíritu constructivo pero sin cesiones, con buen tono pero sacando a la luz las falsedades del discurso manipulador.



Esta idea la he ido desarrollando también en el blog Emociologías, aplicándola a distintos temas de actualidad:




Y, en general, para entender este mundo posmoderno en el que las emociones vuelan libres. Y al que nuestras democracias aun deben encontrar respuestas.









Un mundo en el que movimientos con causas muy reales (feminismo, igualdad de razas...), cuando consiguen sus objetivos básicos, corren el peligro de transformarse en mera manipulación emocional. En un juego de apariencias, corrección... de presiones del qué dirán que maniatan la sociedad.